La relación entre Ciencia y Sociedad es esencial para comprender cómo el conocimiento científico impulsa el desarrollo humano, económico y ambiental en el mundo contemporáneo. Como motor del progreso, la ciencia no solo genera innovaciones tecnológicas, sino que también aporta soluciones a desafíos globales como el cambio climático, la salud pública, la seguridad alimentaria y la desigualdad social, todo ello enfrentando importantes retos e implicaciones éticas y sociales.

La aplicación del método científico permite tomar decisiones fundamentadas en evidencia, contribuyendo al diseño de políticas públicas más efectivas y sostenibles. No obstante, para que la ciencia se integre plenamente en la sociedad, es necesario un diálogo constante entre investigadores, ciudadanos y tomadores de decisiones, promoviendo la apropiación social del conocimiento y fomentando una cultura científica crítica.

En este contexto, la interdisciplinariedad juega un papel clave, articulando diversas áreas del saber para abordar los desafíos del siglo XXI y lograr un equilibrio entre innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y desarrollo económico inclusivo.